Estamos rodeados de ciencia,
constantemente se realizan nuevos experimentos e investigaciones y experimentos
que nos ayudan a comprender un poco más la complejidad de las cosas que suceden
a nuestro alrededor.
Sin embargo,
pocos conocemos la complejidad o procedimientos necesarios para llevar a cabo.
¿Qué es una investigación?, ¿qué es innovar?, ¿cómo lo hacemos?, ¿qué pasos hay
que seguir? Estas y otras cuestiones que no siempre nos planteamos han sido
contestadas en este tema.
Cuando
pensamos en ciencia, en investigaciones, nos aparecen una serie larga y extensa
de dudas. A la mayoría nos parece algo complicado, algo que solo pueden
realizar personas que estén muy informados, científicos muy experimentados. Nos
resulta algo que está fuera de nuestras manos, sin darnos cuenta que casi a
diario, nosotros mismos, hacemos pequeñas investigaciones sobre un campo u
otro.
¿Por qué la
ciencia se nos presenta como algo tan complejo?, ¿por qué nos mostramos tan
reticentes a investigar? La gran mayoría de las personas que conozco afirman
que nunca se han planteado realizar una investigación porque lo
consideran algo muy complicado o porque no les llama la atención. La pregunta
es el motivo, y la respuesta está en las aulas, en los maestros, en cómo
enseñamos, en la importancia que le damos a la ciencia.
Muchas veces
son las mismas personas que investigan las que hacen que se muestre rechazo
sobre la ciencia, se nos muestra como algo muy complejo, no siempre se nos da
la oportunidad de entender el objeto de su investigación.
No todas las
personas tienen los conocimientos necesarios como para entender ciertas
investigaciones. Yo me planteo, si queremos que la gente aprenda, ¿por qué no
les facilitamos ese aprendizaje?, ¿por qué no realizamos varias adaptaciones a
las investigaciones con el fin de que todo el mundo pueda entender, de forma
más profunda o menos, cual es el resultado que se ha averiguado?
Los niños
son nuestro futuro y son a los primeros que tenemos que transmitir esta pasión
por la ciencia, sin embargo, muchas veces, nos olvidamos de eso. Nos enfocamos
tanto en las materias más instrumentales que obviamos la importancia de
transmitirles la capacidad de ser crítico, de querer saber más, de investigar.
Los niños
también pueden investigar, también pueden seguir los pasos de una investigación,
también pueden elegir un método (inductivo, deductivo, científico), pueden
plantear algo que quieran investigar o contrastar (un problema e
hipótesis), pueden recoger datos y pueden interpretar los resultados y llegar a
conclusiones.
Sin embargo,
en la mayoría de centros se sigue sin hacer, no se da la oportunidad a
los niños de investigar, no se les transmite el entusiasmo por saber más, por
informarse, por crear su propio aprendizaje y compartirlo con los demás.
Comenzaba
esta entrada planteando que la ciencia estaba a nuestro alrededor, sin embargo,
creo que no se le da la importancia que tiene, ni se facilita la posibilidad de
investigación. No se nos da la suficiente motivación. No se trabaja en las
escuelas, cosa que debería cambiar.
Existen
bastantes programas de ciencia, de divulgación científica, pero, ¿cuantos hay
adaptados para los niños?, ¿en cuántas pueden participar ellos?, ¿por qué no
les damos la oportunidad de investigar?, ¿por qué no permitimos que los niños
enseñen a otros niños?
Los niños
son el futuro, la educación el instrumento para cambiar las cosas. Tenemos todo
lo necesario para cambiar la concepción de la mayoría de la sociedad sobre la
ciencia, tenemos la capacidad de hacerlo, y entonces, ¿a qué estamos esperando?
Luchemos por
cambiar las cosas, por mejorarlas, ¡investiguemos!
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