miércoles, 22 de octubre de 2014

Reflexionemos un poco

Estamos rodeados de ciencia, constantemente se realizan nuevos experimentos e investigaciones y experimentos que nos ayudan a comprender un poco más la complejidad de las cosas que suceden a nuestro alrededor.
Sin embargo, pocos conocemos la complejidad o procedimientos necesarios para llevar a cabo. ¿Qué es una investigación?, ¿qué es innovar?, ¿cómo lo hacemos?, ¿qué pasos hay que seguir? Estas y otras cuestiones que no siempre nos planteamos han sido contestadas en este tema.
Cuando pensamos en ciencia, en investigaciones, nos aparecen una serie larga y extensa de dudas. A la mayoría nos parece algo complicado, algo que solo pueden realizar personas que estén muy informados, científicos muy experimentados. Nos resulta algo que está fuera de nuestras manos, sin darnos cuenta que casi a diario, nosotros mismos, hacemos pequeñas investigaciones sobre un campo u otro.
¿Por qué la ciencia se nos presenta como algo tan complejo?, ¿por qué nos mostramos tan reticentes a investigar? La gran mayoría de las personas que conozco afirman que nunca se han planteado  realizar una investigación porque lo consideran algo muy complicado o porque no les llama la atención. La pregunta es el motivo, y la respuesta está en las aulas, en los maestros, en cómo enseñamos, en la importancia que le damos a la ciencia.
Muchas veces son las mismas personas que investigan las que hacen que se muestre rechazo sobre la ciencia, se nos muestra como algo muy complejo, no siempre se nos da la oportunidad de entender el objeto de su investigación.
No todas las personas tienen los conocimientos necesarios como para entender ciertas investigaciones. Yo me planteo, si queremos que la gente aprenda, ¿por qué no les facilitamos ese aprendizaje?, ¿por qué no realizamos varias adaptaciones a las investigaciones con el fin de que todo el mundo pueda entender, de forma más profunda o menos, cual es el resultado que se ha averiguado?
Los niños son nuestro futuro y son a los primeros que tenemos que transmitir esta pasión por la ciencia, sin embargo, muchas veces, nos olvidamos de eso. Nos enfocamos tanto en las materias más instrumentales que obviamos la importancia de transmitirles la capacidad de ser crítico, de querer saber más, de investigar.
Los niños también pueden investigar, también pueden seguir los pasos de una investigación, también pueden elegir un método (inductivo, deductivo, científico), pueden plantear algo que quieran investigar o  contrastar (un problema e hipótesis), pueden recoger datos y pueden interpretar los resultados y llegar a conclusiones.
Sin embargo, en la mayoría de centros  se sigue sin hacer, no se da la oportunidad a los niños de investigar, no se les transmite el entusiasmo por saber más, por informarse, por crear su propio aprendizaje y compartirlo con los demás.
Comenzaba esta entrada planteando que la ciencia estaba a nuestro alrededor, sin embargo, creo que no se le da la importancia que tiene, ni se facilita la posibilidad de investigación. No se nos da la suficiente motivación. No se trabaja en las escuelas, cosa que debería cambiar.
Existen bastantes programas de ciencia, de divulgación científica, pero, ¿cuantos hay adaptados para los niños?, ¿en cuántas pueden participar ellos?, ¿por qué no les damos la oportunidad de investigar?, ¿por qué no permitimos que los niños enseñen a otros niños?
Los niños son el futuro, la educación el instrumento para cambiar las cosas. Tenemos todo lo necesario para cambiar la concepción de la mayoría de la sociedad sobre la ciencia, tenemos la capacidad de hacerlo, y entonces, ¿a qué estamos esperando?
Luchemos por cambiar las cosas, por mejorarlas, ¡investiguemos!

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